GOWANUS 
Autumn-Winter 2003
 

Bricherismo
Entrevista con Lucho Nieto

Por Vicente Revilla

                     Foto por Vicente Revilla
 

Lea "Buscando Un Inca"
 

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vicente revilla ¿Bricherismo? ¿Cómo empieza esto? ¿Por qué? 

lucho nieto En algún momento a mediados de los ochenta escuché por primera vez la palabra “brichero”. Con este vocablo se designaba a los gigolós que vivían de enamorar gringas, pero a los gigolós andinos; es decir, a latin lovers que por sus rasgos y el color de su piel y sus cabellos se acercaban a los indios o en todo caso a los cholos. Esa era en realidad la singularidad del brichero y lo que más llamaba la atención: el ser una persona que en su propio medio era discriminada por su apariencia, pero en quien las extranjeras sí encontraban un encanto especial. Casi se podía decir que el brichero era el hombre despreciado por sus paisanas, pero adorado por las gringas. Y, como no podía ser de otra manera, la paradoja que encerraba el personaje hizo que éste se convirtiera rápidamente en un mito, el más difundido de la noche cuzqueña.

El Cuzco, hasta prácticamente bien entrados los años setenta, era una pequeña ciudad mediterránea que vivía aislada del resto del mundo por las enormes crestas de la cordillera de los Andes. El impulso que se da a la actividad turística desde ese entonces hace que ese aislamiento se rompa y una sociedad sumamente tradicional suspendida en el tiempo se vio de pronto enfrentada al contacto con gente de todo el planeta.

De ese choque entre lo tradicional y lo moderno es que nacieron los bricheros.

Se trató seguramente de un mutuo descubrimiento. Los bricheros, que hablaban no sólo castellano sino quechua, que tocaban quena o charango, que sabían invocar a los apus (los dioses tutelares andinos) con la hoja de coca, descubrieron que esas eran armas más que suficientes para seducir a muchas extranjeras. Y muchas gringas, a su vez, descubrieron que la belleza del Cuzco era no sólo la de su piedras incaicas sino también la de su gente.

vr Mencionaste las palabras cholo e indio como característica del brichero. ¿No te parece que estos términos tan propios del coloniaje son obsoletos?

ln Ni en Perú ni fuera de Perú las palabras “cholo” e “indio” han dejado de usarse. “Cholo”, por ejemplo, es el apodo del actual presidente del país. Otra cosa es que, siendo como es el nuestro un país de identidades negadas, nadie quiera reconocerse como cholo o indio. El brichero, en cambio, sí tiene esa virtud. Al descubrir que por primera vez en la vida ser cholo o indio no le trae marginación, sino beneficios, se reconoce como tal y en el papel de tal es que busca seducir a las gringas.

Algo similar, como tú dices, les pasa a los peruanos que viajan al extranjero. Son vistos fuera, salvo la excepción de los peruanos blancos, como indios, pero muchas veces descubren también que pueden sacar provecho de esta identidad, sobre todo en el caso de aquellos compatriotas que se dedican a la música o a algún otro arte.

vr ¿Brichero podria ser también un tipo de rostro blanco?

ln Tal vez, pero el hecho es que en realidad no estamos hablando de casos concretos de bricheros, sino más bien de la leyenda urbana sobre el brichero. Y esa leyenda pinta al personaje de piel cobriza, cabello negro e hirsuto, rasgos angulosos y diestro en el uso del quechua. En otras palabras, la leyenda pinta al brichero como cholo o indio.

vr ¿En qué momento se convierte esto del bricherismo en literatura?

ln El Cuzco, como todas las ciudades cargadas de historia y poseedoras además de una singular belleza, tiene una larga tradición de representación en la literatura.

Eran la poesía y el ensayo, sobre todo, los que se encargaban de ensalzar el pasado de la antigua capital de los Incas y la imponencia de su arquitectura. Sin embargo, el nuevo Cuzco que estaba surgiendo a raíz del desarrollo de la actividad turística, una ciudad cosmopolita, de agitada vida nocturna, con personajes tan pintorescos como el mochilero, el hippy, el artesano que viaja de ciudad en ciudad y de país en país, el amateur cargado de cámaras fotográficas, por el lado de los visitantes, y el guía de turismo, el vendedor ambulante de postales o artesanías, el brichero, etc., etc., por el lado de los oriundos del lugar; una ciudad así -decía- no podía pasar inadvertida para los escritores.

Así, en este caso, fueron los narradores, los autores de cuentos y novelas, los que se encargaron de reflejar en su obra el Cuzco de fin de milenio, ya no la ciudad con la mirada vuelta hacia el pasado sino la que estaba encarando el futuro.

vr ¿Qué papel juegas dentro de todo esto?

ln Por lo menos en dos ocasiones me he ocupado en mi ficción del brichero. En el cuento “Buscando un Inca”, retrato a ese brichero prototípico que, desde su atuendo, quiere presentarse a sí mismo como la encarnación de la cultura andina y que en cierto modo lo es. Mi personaje, en todo caso, mira el mundo como lo miran los indios y mestizos de los Andes peruanos y comparte con ellos las mismas creencias y la misma sabiduría.

En la novela "Cuzco después del amor” no tomó a ningún brichero como personaje, pero al mostrar la vida de la ciudad en los ochenta y, sobre todo, su vida nocturna obligatoriamente debí hablar de los bricheros.

vr ¿Por qué Laura Cristóbal, el personaje de “Buscando un Inca”, proviene de España y no de Estados Unidos? … preferiria una Jenny Watson  y esto debe ser por mi prejuicio y mi permanencia en los Estados Unidos donde hispano/gringo son situaciones y vivencias apartes

ln Hubiera sido mejor, seguramente, que el personaje del cuento sea, como tú dices, una norteamericana. Total son los y las norteamericanos quienes primero recibieron el apelativo de gringos/as que luego, en Perú, se ha extendido a todo extranjero de piel más o menos blanca. Lo que influyó para que Laura Cristóbal tuviera nombre y pasaporte español fue el momento en que fue escrito el cuento, allá por 1991 ó 1992, justo cuando se recordaban los quinientos años del descubrimiento de América o, como se decía con el
eufemismo puesto en boga por ese entonces, del Encuentro de Dos Mundos.

vr My amable por la entrevista Lucho.

ln Gracias a ti.

 


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